femingas

Participantes de las Femingas hasta la fecha: Florencia Sobrero, Belén Argudo, Canela Samaniego, Iara Pezzuti, Lara Girardi, Lorena Romero, Lucie Daum, Marie Combette, Marina Novaes, Maryangel Mesa, Morena Cardona, Natalia Fernanda Vieira, Nina Tapia, Paula Jácome, Tiphaine Rossignol, Marialuisa Borja, Nathaly Reina, Sofía Arcos, Demi Mendoza, Valeria Galarza, Daniela Dávila, Camila Proaño.

Fanzine español: Taller General, Tiphaine Rossignol y Canela sin miedo.

Traducción del Fanzine a portugués: Marina Novaes

Créditos Fotográficos: Taller General, Marie Combette, Natalia Fernanda Vieira, Tiphaine Rossignol, Valeria Galarza.

Femingas, una alternativa (de)construcción feminista

Todo comenzó siendo un experimento, en el año 2019 desde Taller General asumimos un proyecto de rehabilitación espacial en un departamento ubicado en el Centro Histórico de Quito. El lienzo eran cuatro paredes blancas, techos altos de tríplex, pisos de duela y dos ventanas a la calle del frente de la casa (que también albergaba dos departamentos y un local comercial en planta baja). En el espacio escogido no había baño, cocina y dormitorio. Tenía una mampara de madera que dividía el sitio en dos y una habitación lateral en un nivel más alto, sin conexión desde el interior (escenario alterno 02).

En el Taller buscamos abordar -siempre y cuando se pueda- nuestras motivaciones o inquietudes personales mediante la arquitectura. La cuestión de género es un punto de conflicto que experimentamos día tras día, en un contexto ultra hegemónico y patriarcal, como lo es el ámbito del diseño y la construcción. Sector en el que nos enfrentamos a dinámicas complejas desde los vínculos con clientes, relaciones con albañiles, tratos con proveedores y espacios de acción colectiva como la construcción comunitaria. Dinámicas que se encuentran enraizadas en estereotipos de género y construcciones culturales binarias excluyentes, en torno a supuestos roles que “deben” ocupar mujeres y hombres en la sociedad. Panorama que nos lleva a (re)pensar ¿quiénes tienen la posibilidad de construir? y ¿cuáles son las alternativas que tenemos les arquitectes? 

De estos cuestionamientos, surgen las jornadas de construcción participativa con perspectiva de género: Femingas. El espacio se abre como una alternativa a las mingas de construcción, originalmente concebidas como jornadas de trabajo participativo en donde los miembros de una comunidad se reúnen para desarrollar actividades en pos de un bien común, como dar mantenimiento a un camino, construir un equipamiento comunitario, limpiar una escuela, etc. Las Femingas están orientadas a quienes nos encontramos desplazades, invisibilizades y enfrentades a barreras de acceso en temas de diseño, construcción o modificación espacial. Crear un espacio cuidado de acción propio nos permite fomentar la autonomía y la libertad de quienes somos parte. Luego de seis encuentros que contaron con la participación de más de diez mujeres, de entre 23 a 56 años, de diversas profesiones, culminamos con la primera intervención espacial que nos abrió un mundo de encuentro y aprendizaje. A raíz de esas jornadas realizamos un Fanzine a modo de síntesis, donde se plasman fragmentos personales con testimonios de cada una de las participantes. Las ilustraciones fueron creadas por Tiphaine, quien hizo sus pasantías en el Taller por aquel tiempo. Luego, fue impreso y serigrafiado con la ayuda de la ilustradora “Canela sin miedo” quien también formó parte de las Femingas, la publicación tiene como fin poder compartir las experiencias para contagiar la autonomía, fomentar los espacios del hacer, libres y emancipadores.

De allí en adelante, hemos realizado alrededor de diez encuentros en distintos proyectos, donde llevamos a cabo diversas actividades, como por ejemplo: cortar una pared con amoladora para luego remover con combo y picos el adobe; lijar, cortar y curar maderas para huellas de gradas; perforar y unir tubos metálicos; cortar y pegar vidrios o policarbonato; pintar paredes y techos; paliar escombros; armar muebles de madera; pintar con compresor planchas metálicas; montar muros divisorios, etc.

Estas experiencias significan mucho más que la construcción de los objetos arquitectónicos. Mientras trabajamos se respira un aire de magia. Las jornadas están atravesadas por risas, gritos, música, varias voces se mezclan y decantan en largas conversaciones, “no tuvimos miedo de decir que no sabemos, (…) buscamos divertirnos aprendiendo cosas” (Participante de las Femingas, 2020). Juntarnos a construir genera movimiento a nivel comunitario, preguntas, comentarios que fomentan la (de)construcción de nociones de sentido culturales arraigadas en torno a roles de género, “cuando caminamos en la calle con los tubos largos hubo muchas miradas como impresionadas o preguntándose qué estábamos haciendo y hubo un hombre que dijo: ¡mira esas mujeres obreras!” (Participante de las Femingas, 2020).

            Accionar desde la libertad y hacer uso de nuestra autonomía son dos características que facilitan los encuentros para poder alcanzar nuestros objetivos. Durante las jornadas no hay una persona que tiene todas las certezas, que nos dice qué podemos o no hacer, tampoco hay alguien que imparte los conocimientos. De esta forma, no nos exponemos al mansplaining al que nos vemos sometidas muchas veces en las mingas mixtas. Reconocemos y valoramos que cada una de nosotras posee experiencias y aprendizajes propios, y desde la puesta en práctica resolvemos lo que nos proponemos construir. De esta manera las Femingas se convirtieron en una herramienta personal y política para cada una de nosotras.